El artista sanisidrense Fausto Amadeo sorprendió al público que asistió al Festival de Cine y Música en el MuseoPueyrredón con la video instalación “Amanece vespertina”.
Sugerentes sombras de copas y hojas, juegos de espejos y claroscuros. Amanece vespertina sorprende, invita a ser parte, convoca, invade y se aferra a las paredes del Patio de los Naranjos en la antesala del festival de Cine y Música de San Isidro, de la Subsecretaría General de Cultura local y la Fundación Cinemateca Argentina, con el apoyo del Grupo Asegurador La Segunda. Video instalación del artista y arquitecto local Fausto Amadeo sobre el amanecer y en torno del algarrobo blanco e histórico que se proyecta en una de las paredes blancas del Museo Pueyrredón.
“Nos encanta y fomentamos que artistas contemporáneos se comprometan con el lugar, aporten su mirada renovada a nuestro guión, piensen el museo desde adentro, se indaguen, nos indaguen y resignifiquen lugares de la casa y del jardín con fuerte connotación patrimonial, histórica, social o simbólica”.
ELEONORA JAUREGUIBERRY, subsecretaria general de Cultura de San Isidro, a cargo de la dirección del museo.
Una experiencia inmersiva de luces y sombras, que permitió, de algún modo, ser parte del amanecer que Fausto grabó el 11 de noviembre pasado y cuyo resultado se proyecta desde los techos de la casa en una superficie de ocho metros por cuatro. Un pájaro que vuela, una hoja que cae. Movimientos en la pared y también sutiles reflejos en un espejo de agua del mismo tamaño, en clara referencia al río, tan presente en la vida cotidiana de la antigua chacra, y en una escultura flotante espejada que mueve el viento. Todo contribuye a crear una atmósfera cautivante y sugerente..
“Esta obra surge de mi proyecto Señalamiento energético, que detecta lugares específicos donde se unen la cultura, la naturaleza y también cuestiones afectivas propias con el lugar. En este caso, una apelación al algarrobo que apareció allí por generación espontánea y antes de cualquier construcción, y a la magia del Bosque Alegre y encantado, donde el día y la noche a veces suceden a la vez. Una experiencia que invita a sentarse junto al espejo de agua para descubrir las cosas que van sucediendo mientras el Sol va iluminando la barranca”.FAUSTO AMADEO, artista
Una tarea conjunta del museo con artistas contemporáneos que tuvo su antecedente con May Borovinsky y Guillermo Bruno, siguió con el propio Amadeo, cuyo primer señalamiento energético se centró en el portón principal de acceso y en el ombú, y continuó con Joaquín Fargas, quien durante un año trabajó sobre la gestión del agua en la quinta y cuyas instalaciones forman parte desde hace unos meses de uno de los recorridos permanentes museo.
Así, Amanece Vespertina, curada por Daniel Herce, anida en ese momento tan especial del amanecer, ente el día y la noche, cuando los reflejos mutan, se difuman y entremezclan. Casi un canto de optimismo, de un volver a empezar, y que el autor relaciona inexorablemente con estados de transformación y conexión con la energía del alma. Y lo hace jugando con espejos, un material habitual en su obra. Vidrios, aceros reflejantes, agua y el interés especial y constante por los ambientes naturales, como ese algarrobo de más de 300 años, 30 metros de altura y cuatro de perímetro que resiste noble junto a la barranca al tiempo y sus vicisitudes.
Árbol nativo, vegetación espontánea de más de trescientos años, es este territorio: reparo de conversaciones entre San Martin y Pueyrredón; compañero de juegos de Prilidiano; inspiración para Victoria Ocampo en Habla el algarrobo. Esta instalación es un culto a lo atemporal en este Bosque Alegre encantado donde ciertas veces, cómo ahora, la noche y el día suceden a la misma vez. Texto de sala del propio artista que asoman proyectadas en el piso de la galería del patio como parte de una experiencia para pensarnos y pensar la casa, sus tiempos y personajes, su historia y su presente.