La Mater dolorosa es una de las advocaciones de la Virgen más venerada en iglesias y capillas de América. Se la reconoce por el manto negro, el corazón con los 7 puñales que representan los 7 dolores de la Virgen y las lágrimas sobre su rostro.
La imaginería de las misiones jesuíticas y franciscanas entre los pueblos guaraníes se caracterizó por su elaboración en talleres jerarquizados a la manera de los grandes obradores en los centros urbanos.