El retrato de María Mercedes Arana Beláustegui (1819-1862), debió basarse en fotografías, ya que había fallecido tres años antes de la ejecución de éste (1865).
El retrato de José Roque Pérez, ejecutado en 1865, aunque pertenece a la órbita privada, presenta ciertas huellas de su actuación pública.
Magdalena y su retrato inconcluso, que forma parte de la colección del museo, permite explorar el modo en que el artista construyó la figura.
Entre los retratos sedentes que realizó, sobresale el de Enrique F. Lezica Thompson (1834-1900), de la colección del museo.
Otro retrato sedente de la colección debe ubicarse entre los mejores ejecutados por Pueyrredón en los años sesenta: Retrato de mujer joven.
El retrato de José Gerónimo Iraola (1810-1862), datado en 1860, con firma y fecha en la base de la lámpara, es una de las obras más relevantes del museo.